Por ello, este reencuentro tuvo un sabor especial que se reflejó en la respuesta y la emoción de quienes asistieron a vivir un concierto de boleros y sones con la visita internacional del gran cantante cubano Ibrahim Ferrer Jr, quien eligió un repertorio especial para la ocasión. Clásicos de la vieja y nueva trova, donde no faltaron boleros como el bellísimo "Perfume de gardenias", "Como el arrullo de palma", "Como fue", y "Dos gardenias", de Isolina Carrillo, que se convirtió en un éxito gracias a la versión de su padre, el inolvidable Ibrahim Ferrer, uno de los integrantes de la histórica agrupación Buena Vista Social Club. Un proyecto que recorrió el mundo, producido por el músico estadounidense Ry Cooder, y que tuvo su película dirigida por el alemán Wim Wenders , nominada al Premio Oscar como Mejor Documental. A la hora de homenejear al Buena Vista Social Club y especialmente a su padre, Ibrahim, elegió algunas de las canciones que popularizaron los integrantes de grupo, los legendarios Compay Segundo, Pío Leyva, Elíades Ochoa, Rubén González, Manuel "Puntillita" Licea, Oscar "Cachao" López, Manuel "Guajiro" Mirabal, Jesús "Aguaje" Ramos, Manuel Galbán, Amadito Valdés y la diva del proyecto Omara Portuondo, con quién Ibrahim cantó en el Luna Park, una emotiva versión de "Dos gardenias" y el irresistible "Candela", que puso al público a bailar, tal como sucedió el pasado viernes en nuestra ciudad. El público de Música del Alma, regaló un clima de silencio y respeto a la hora de los boleros y coreó las potentes versiones de "Chan chan", "Quizás, quizás", "El cuarto de Tula" y "El carretero", entre otros. La sorpresa de la noche fue la participación de Cristóbal Repetto, quien como artista invitado cantó con Ibrahim una emotiva versión del tango "Nada" de José Dames y Horacio Sanguinetti, esta vez en tiempo de bolero, en uno de los momentos más celebrados de la noche. Vale destacar el excelente grupo de músicos que lo acompañaron, el maestro Raúl Monteagudo, en piano y dirección, Soledad Montes de Oca en flauta traversa, Wilbert García Díaz en percusión y Martín Morales, en bajo. Un grupo ajustado y enérgico que regaló el típico encanto y sabor de la música cubana y puso al público a bailar sobre el final del concierto con el clásico "Guantanamera" de Joselito Fernández. Antes de los bises llegaron las palabras de Natalia y Cristóbal, emocionados por este reencuentro con el público, que se hizo esperar pero que al final se concretó, convirtiéndose quizás en la noticia más importante de la escena cultural maipuense de este año: el regreso del festival que durante su existencia trajo a la ciudad un verdadero seleccionado de artistas argentinos, latinoamericanos y europeos, y que permitió brindarle al público espectáculos de gran calidad, apostando a la diversidad musical existente, con récord de convocatoria, en cada uno de los conciertos. A la hora de dirigirse al público, Natalia Vega expresó "Muchísimas gracias por haber venido a celebrar con nosotros diez años de la creación de nuestro Festival Música del Alma. Tenemos una gran emoción y queremos agradecerles a todos profundamente. De 2006 a 2011, hicimos una construcción cultural muy grande en nuestra ciudad y todos saben que no solamente en Maipú sino en todos los pueblos cuesta mucho una construcción de estas características y lo hicimos posible. Siempre que podemos nombrar a Música del Alma nos da mucha emoción y mucho orgullo, les agracemos de todo corazón que estén aquí. Nos honra Ibrahim Ferrer Jr. con su presencia. Es importante decir que trabajamos con dos gestiones de gobierno, empezamos en el año 2006, y queremos destacar a la primera gestión a quien queremos agradecer porque el señor Horacio Morete nos envió un saludo de reconocimiento y agradecimiento. Y que hoy esté aquí Ibrahim, se lo tenemos que agradecer a nuestro senador Gervasio Bozzano que hizo posible la gestión para que estuviera aquí presente, porque creemos que lo merecemos todos, nosotros y el público de Música del Alma este cálido encuentro con todos ustedes. Estamos muy felices". Previo al concierto, en diálogo con Semana Maipuense, Cristóbal expresó lo siguiente: "El festival siempre tuvo un público hermoso, genuino, que existió y es real, que colmó primero el centro cultural y después el teatro en el que no pueden entrar más de 480 personas por una cuestión de seguridad. Nunca tuvimos la necesidad de decir que concurrieron más personas que las que asistían, porque nunca buscamos aglutinar gente en una sala, nunca especulamos con ningún resultado de índole político, siempre apostamos a una construcción cultural y eso quedó de manifiesto en el público pero también en cada artista que nos visitó. Tal es el caso de Pedro Aznar que escribió las siguientes palabras para nuestro festival: "Claude Debussy dijo que la música es el espacio entre las notas. Ese eco del ser que derrite el tiempo mejor que los relojes de Dalí me absorbió en su órbita en esa prehistoria personal en que todavía no manejamos el lenguaje y no podemos relatarnos nada con palabras. Desde entonces he buscado repetir la experiencia y me he ido encontrando con maestros que me enseñaron (la mayoría, sin proponérselo) lo delicado de esa trama de sonidos y silencios pregnantes, lo fácil que es romper el hechizo con un gesto inapropiado y lo sólido que resulta cuando está construido con los materiales y la intención justos. Viajando en mi auto, siguiendo las indicaciones del navegador GPS, noté que el mapa de rutas no incluía detalles de Maipú. El festival le dio un nuevo y hermoso sentido a la expresión poner a algo o alguien en el mapa, frase que implica fortalecer la identidad, resaltar el sentido, nutrir la relevancia. Eso es lo que Música del Alma hizo por Maipú. Ponerla en el mapa de la música, que podría decirse que es, a su vez, el mejor mapa de nuestra alma".